¿Te pasas los días con mucho estrés dentro de ti? Incluso si tu presión arterial es normal en este momento, los niveles de estrés altos pueden ponerte en riesgo de desarrollar hipertensión en la próxima década según un estudio. 

Cuando la hormona del estrés, el cortisol, sigue aumentando con el paso del tiempo, también se corre un mayor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, un ataque cardíaco o una enfermedad del corazón. De acuerdo con una investigación publicada en Circulation, la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón. 

Este estudio ilustra la relación entre la mente y la salud del corazón de una persona, el estrés, la depresión, la frustración, la ira y una visión negativa de la vida no sólo nos hace personas infelices, si no que repercuten negativamente en nuestra salud y longevidad. 

El lado positivo es que como la mente, el corazón y el cuerpo están interconectados y son interdependientes, una persona también puede mejorar su salud cardiovascular esforzándose por tener una perspectiva psicológica positiva. 


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“Quiero saber si estoy estresado, pero no puedo ir corriendo a hacerme un análisis de orina”. Entonces, ¿cómo puedo saber si corro el riesgo de tener problemas cardíacos debido a los altos niveles de hormonas del estrés?

Aunque obviamente todos no sabemos cuáles son nuestros niveles de cortisol en orina, hay formas de aprender a auto reflexionar sobre si podemos tener algunos factores psicológicos negativos, en particular cosas como el estrés.

Si reconocemos que tendemos a estar frecuentemente estresados, frustrados o enfadados, entonces es útil reflexionar sobre cuáles son exactamente las cosas que nos llevan a estresarnos. Una vez que lo hacemos, podemos sentarnos a reflexionar y decidir si vale la pena permitirnos que estas cosas nos lleven a estresarnos o frustrarnos.

Ser consciente de lo que desencadena tu estrés te permite ser capaz de detener esas respuestas hormonales automáticas antes de que se desencadenen en tu sistema circulatorio.

Hay que intervenir antes, cuando se empieza a montar la respuesta al estrés, con una respiración profunda u otra respuesta de relajación, eso permitirá que tu cerebro ejecutivo superior entre en acción, dándote opciones sobre cómo manejar la situación.

A menudo dejamos que nuestra mente reaccione rápidamente a algo antes de tener tiempo de permitir que nuestros niveles superiores de funcionamiento cognitivo, nuestra corteza prefrontal, intervengan, tenemos que hacer una pausa, reflexionar y digerirlo, y tomarnos un par de segundos para decidir cuál es la forma más adecuada de reaccionar.

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